A cualquier persona le gusta que sus dientes estén blancos y relucientes. Para ello es básica una buena higiene dental. Sin embargo no todo el mundo sabe que también hay algunos alimentos y bebidas que contribuyen a manchar la dentadura y generar caries y otros que ayudan a tenerla más limpia y dificultar su manchado.
Los que los manchan:
Vino:
Tanto el tinto como el blanco hacen del vino uno de los grandes enemigos de los dientes blancos. El tinto es sin duda el que más daño ocasiona a la estética de la dentadura dada su composición. La ataca por tres vías por su acidez así como por la presencia de taninos y cromógenos. Con un consumo periódico, estas tres sustancias unidas son capaces de oscurecer y transformar unos relucientes dientes blancos en unos con un ligero tono púrpura.
Café:
Esta bebida de uso generalizado en la población es una de las que más daño ocasiona a la coloración natural de los dientes. Ello se debe a su alta concentración de cromógenos.
Refrescos, gaseosas, bebidas azucaradas y energéticas:
Su alto contenido en azúcares los convierte en un claro enemigo de los dientes en su caso además de mancharlos contribuye a generar caries. A su vez diversos estudios también han desmostrado el peligro para el esmalte de las denominadas bebidas energéticas que consumen los deportistas y los jóvenes. El problema de éstas reside en su alto contenido en ácidos que ocasionan severos daños al esmalte.
Té:
Los taninos están muy presentes en esta bebida lo que contribuye a tintar la dentadura. La variedad más dañina es el té negro. En su caso les dan un toque amarillento. Las variedades más dañinas son el té negro y el rojo. En su caso les dan un toque amarillento.
Frutas y verduras de color intenso:
En este grupo encontramos los arándanos, las moras, las cerezas y verduras como la remolacha. En su caso, el problema reside en su potente pigmento que se adhiere a la pieza dental y es capaz de mancharla. También la acidez de los cítricos puede pasar factura.
Salsa de soja y vinagre:
Salsas de fuerte coloración como es el caso de la de soja (compuesta de agentes decolorantes) o el vinagre de Módena también son capaces de calar en el esmalte y generar manchas.
Caramelos:
Su presencia en esta lista de enemigos del esmalte y de los dientes es más que obvia. La alta cantidad de colorantes y de azúcares que suelen presentar ocasiona tanto daños en la coloración de cualquier dentadura como un alto riesgo de caries.
Tabaco:
Tampoco es un alimento pero sí pasa por nuestra cavidad oral y es uno de los grandes responsables de las manchas.
No se trata de censurar la ingesta de este tipo de alimentos-bebidas sino de realizar un consumo moderado. Hay que aumentar el cepillado con un buen dentífrico y enjuague bucal tras la ingesta de estos productos para así reducir su presencia y contacto y por lo tanto el impacto dañino sobre el esmalte.
Una solución para las personas que tienen el esmalte dañado es el blanqueamiento dental, que como os contamos en un anterior post puede ser una buena idea para recuperar una sonrisa blanca.